Hotel muy bien situado, junto a la playa a escasos 30 metros. Trato muy amable y cordial, nos dejaron entrar antes en la habitación y el día de la salida nos obsequiaron un detallito. Excelente lo de poder consumir gratuitamente el agua de el minibar, la cual todos los días repusieron como los bomboncitos. Los camareros de sala muy amables y simpáticos, la comida de una cantidad exagerada, todos los días les indiqué que era muchísima, no pasarás hambre. Un pero, el no tener parking para los clientes, aunque en las inmediaciones del hotel hay bastantes.
Estancia en el hotel: Noviembre 2014