Hoteles en Melilla

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La Ciudad Autónoma de Melilla tuvo un origen fenicio. Desde entonces, diversas civilizaciones han ido dejando sus huellas y conformando el que hoy es lugar a caballo entre lo cosmopolita, lo clásico y el crisol cultural. Se la suele llamar ‘Ciudad de las Cuatro Culturas’, ya que ha concitado población cristiana, musulmana, hebrea e hindú por diversos motivos históricos. Melilla, además, presume de un clima suave mediterráneo que ofrece buen tiempo todo el año, por lo que puede ser visitada en cualquier momento.

En unos kilómetros cuadrados, el visitante podrá pasar de apreciar su primigenia Ciudad Vieja a las manifestaciones de la arquitectura modernista. La zona más antigua es denominada Melilla La Vieja, aunque sus habitantes la llaman El Pueblo. Está catalogada como Conjunto Histórico-Artístico que está enmarcado por sólidas murallas y fosos de cierta profundidad. Algunas de las joyas aquí son la Alcazaba, integrada por 4 fuertes.

Otra zona de interés es el foso de Hornabeque, que abre paso a la Plaza de Armas. El de Santiago es otro de los fosos, ante el recinto amurallado de mayor antigüedad. Ya dentro de la muralla, la capilla gótica de Santiago. Tampoco carecen de interés tanto la iglesia de La Concepción, la más antigua de la ciudad, como el baluarte homónimo, que alberga el Museo del Ejército.

Todos estos legados corresponden a antes del siglo XIX, que sirvió para que Melilla ampliara sus fronteras y fortificaciones. Así, se levantaron los fuertes de Camellos, con su característica planta y foso circulares; el de Cabrerizas, con planta de romboide y torres hexagonales a los lados, así como el de Rostrogrodo, con una hermosa plaza de armas con planta pentagonal. El citado movimiento modernista cristaliza en torno a la Avenida Juan Carlos I. La avenida está jalonada de fachadas, galerías y balconadas en este estilo y por una numerosa oferta comercial. Por su parte, en torno a la Plaza de España, se pueden admirar edificios más vanguardistas como el del Banco de España y el Casino e, incluso, Art Decó, como el inmueble que ocupa actualmente la Asamblea de Melilla.

Fruto de su mezcla religiosa, se pueden admirar la Mezquita Central, la iglesia del Sagrado Corazón, la Sinagoga de Or Zaruah y un Oratorio Hindú. En un enclave mediterráneo no podían faltar las playas de arena fina, como la de San Lorenzo, y un hueco para el turismo náutico en el moderno Puerto XXI con buena oferta comercial y formativa.

La gastronomía melillense aúna la más pura tradición mediterránea, al estilo andaluz, con las influencias citadas. En las mesas, se pueden encontrar buenas frituras de pescado, arroces, pinchos morunos, hariras, los cuscús, buñuelos, cuscús dulces, empanadillas o dátiles rellenos.