Muy buenos apartamentos. Acogedores y con todo lo necesario para cocinar, asearse, relajarse y entretenerse. Muebles, electrodomésticos, menaje, sanitarios, todo de las mejores marcas de calidad. Teles en todas las estancias y hasta reproductor de DVD. Se echa de menos una piscina cubierta. La atención en recepción correcta. No tanto alguna empleada de la limpieza, que tenía un poco de malas pulgas. Desagrada el hecho de que a las 11 de la mañana ya tengas que dejar la habitación. El lugar donde está ubicado el edificio tiene la desventaja que no hay más que un restaurante. Ni tiendas, ni farmacias, ni nada para visitar cuando no esquias. Es como un pueblo fantasma del Oeste. Sin coche estás perdido, pues está bastante lejos de la capital.
Estancia en el hotel: Enero 2013