El hotel está en una situación inmejorable, en la mejor playa de Chipiona es bajar y estás en la playa. Hemos estado en pareja a media pensión, la habitación suficiente, con dos ventanas que hacían de corriente y casi no tuvimos que poner el aire acondicionado, y lo poco que lo pusimos funcionaba correctamente. La cama comodisima, con buen colchón y almohadas dobles para cada uno, aparte de almohada extra y ropa de cama en el armario por si se necesita. Nevera en la habitación, tele grande de plasma y una cafetera a tu servicio que te reponen las cápsulas de café todos los días, también dejaron una botellita de vino moscatel típico de Chipiona, todo un detalle. El desayuno correcto y las comidas también, todo casero y bien cocinado, quizá los postres deberían prestarles mayor atención pero bueno sin más. Ah y decir que te ponen agua siempre en las comidas que te la puedes llevar, cosa que en otros hoteles aún pagándola no te dejan sacarla del buffet. En resumen un hotel pequeño y bien atendido con unas atenciones y detalles que ya quisieran otros hoteles más grandes y caros. La limpieza impecable y en este año de pandemia nos sentimos seguros de estar allí. Mención a todos sus trabajadores por su amabilidad y su trato tan agradable, un hotel para repetir seguro. Lo único malo para mí, el parking 15€, carísimo pero bueno en los alrededores si buscas aparcas.
Estancia en el hotel: Septiembre 2020