El sábado por la tarde 17,15 h. aprox., mientras hacíamos la siesta, se nos coló en la habitación una camarera de pisos y la habitación la teníamos hecha desde por la mañana, y a las 5 de la madrugada sonó la alarma de incendios, con el consiguiente susto de muerte que nos dimos, que al final resultó una falsa alarma, pero ya habíamos salido medio desnudos y con el corazón en un puño. El desayuno, muy caro para lo que es, y eso que había una oferta a mitad de precio. Por lo demás, el hotel muy moderno, las habitaciones cómodas. Pero menudo día de sustos pasamos.
Estancia en el hotel: Agosto 2009