Reservamos una habitación con cama doble y nos dan una de matrimonio. Lo decimos y de malas ganas nos dan en la quinta planta. Una que era una cristalera con cortinas todo muy viejo y pregunto a una limpiadora y me dice que en la primera hay habitaciones dobles vuelvo a recepción y no me querían cambiar le digo que si tienen que había preguntado, me la dan con muy malas ganas. Los desayunos si algún cliente deja lo vuelven a poner al próximo vi como cogía zumo que habían dejado y se lo ponían al próximo cliente, no lo recomiendo.
Estancia en el hotel: Mayo 2016