Mi experiencia no ha resultado todo lo placentera que hubiera deseado. Por nombrar algunas de las deficiencias e inconvenientes que hemos encontrado durante nuestra estancia en este establecimiento cabe destacar el mal o deficiente estado en general de las instalaciones de uso. La habitación Nº 102 cuádruple que nos asignaron era de uso para discapacitados y no tenía plato ducha, tan sólo un sumidero en el centro del baño que además de desprender malos olores durante la noche, no alcanzaba a evacuar todo el agua de la ducha y se salía por debajo de la puerta hacia la habitación, la respuesta del empleado ante mi queja fue, que pusiera toallas en el suelo. Por otro lado las paredes están sucias, las ventanas no cierran bien y hay muy poco mobiliario, tan solo dos sillas y una mesita y un armario muy pequeño sin cajones, todo muy antiguo y obsoleto. La comida es deficiente y el servicio de habitaciones fatal. Por poner un ejemplo, llegamos un día a las 16:00 a la habitación y aún estaba sin limpiar y hacer. Respecto al personal, a excepción del recepcionista de noche que nos dijo que pusiéramos toallas en el suelo, los demás muy amables y atentos, en especial dar las gracias a un camarero, creo que el más mayor de todos ellos, por su amabilidad y buen hacer con nosotros y mis dos niños pequeños. Pd. No volvería ni aconsejaría a nadie usar este establecimiento.
Estancia en el hotel: Junio 2013