Lo mejor ha sido la amabilidad del personal y la situación, céntrico y con la playa en primera línea. La habitación grande, limpia, la cama cómoda, aunque el mobiliario es anticuado y con muchos años. Baño pequeño pero limpio. La comida de baja calidad y poca variedad, a excepción del pescado a la plancha preparado en el mismo momento. La hora de salida es a las once, no a las doce. Se oye mucho ruido de la calle y de música ambiental del hotel y de la zona, no es para ir a descansar. Difícil de encontrar aún conociendo la zona, la calle no es la indicada sino otra haciendo esquina, no hay ningún tipo de señalización para localizarlo.
Estancia en el hotel: Mayo 2010